Carmen Electra ya se llama oficialmente Carmen Electra, el seudónimo que le dio su ex Prince

A principios de este año, la modelo y actriz Carmen Electra solicitó a los encargados del Registro Civil el cambio legal de su nombre. Nacida hace 51 años como Tara Leigh Patrick, la artista lleva más de tres décadas destacándose ante el gran público como Carmen Electra, que no es otro que el seudónimo que le impuso el malogrado Prince cuando la acogió como parte de su séquito, convirtiéndose así en su mentor y protector.
Según el certificado al que ha tenido acceso el medio 'Entertainment Tonight', las autoridades no han encontrado razones para objetar esa decisión, por lo que Carmen Electra podrá utilizar oficialmente su 'nuevo' nombre en sus relaciones con la administración y para cualquier otro trámite de relevancia pública. La modificación, de acuerdo con el mismo documento, empezó a surtir efectos el pasado 9 de enero.
Carmen Electra, quien alcanzó su fama planetaria en la serie 'Los vigilantes de la playa' -cuyo título original es 'Baywatch'-, ha hablado en varias ocasiones sobre su fructífera relación con Prince, al que conoció tras presentarse a una audición para formar parte de un grupo pop femenino que él pretendía fundar. Carmen no pasó el corte, pero sorprendentemente unos días más tarde recibió una llamada del artista que acabaría cambiándole la vida.
"Prince me llamó y me dijo que debería ser una artista por derecho propio, y no una mera corista. Me dijo: 'Voy a escribir una canción para ti. Y si te gusta, podemos grabarla", recordaba Carmen en conversación con la revista 'OWN'. Pero esa propuesta de Prince escondía una importante condición. "La canción se llamaba 'Carmen On Top', pero mi nombre es Tara. Estaba algo confusa. Me encantaba la canción, pero él me dijo: 'Tú no eres Tara, eres Carmen'", explicaba.
La polifacética artista reconocía hace unos meses que llegó a ceder al astro de la música todo el "control" sobre su vida artística, y en gran medida también la personal, debido a la fascinación que sentía por su figura. "Lo controlaba todo, pero era una de las cosas que me gustaban de él. Adoraba cómo se vestía, su música, sus peinados. Era un genio en todo ello", contaba a E! News.
Ese estrecho vínculo acabó desembocando en una relación romántica, que terminó a principios de los noventa cuando Carmen se negó a mudarse con Prince a Minnesota para poder labrar su propio camino profesional en Los Ángeles. "Ya no era su novia, pero seguía siendo una de sus chicas. Lo había dejado todo para vivir y hacer carrera aquí [en Los Ángeles]. Le llamé y se lo dije. Al final me contrató para que bailara en una de sus discotecas de aquí. Cobraba 90 dólares por semana", revelaba.

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