"Fue una noche de horror", recuerda Laetitia Linon ante la tumba de su sobrino en el cementerio más grande de Marsella. El chico, de 14 años, fue asesinado a la salida de una urbanización de Quartiers nord, la franja empobrecida de la ciudad. Le dispararon 5 veces con un Kalashnikov, convirtiéndose en una víctima más de las guerras de la droga en la ciudad. "Un pequeño marsellés puede morir bajo las balas como en México, país de cárteles", añade Linon.
Algunos padres indefensos recurren a medios insólitos para proteger a sus hijos. "Presentan cargos contra sus propios hijos para mantenerlos a salvo de las redes de la droga", dice el estudiante de Derecho Amine Kessaci. "Hemos perdido la guerra contra la droga", añade. El narcotráfico mató a su hermano mayor. Su cuerpo apareció calcinado en un coche en diciembre de 2020. Desde entonces, el recuento de muertes relacionadas con las drogas se ha disparado.
En 2023, 49 personas murieron a causa del narcotráfico, alcanzando un máximo histórico. Una guerra territorial está en el origen de la escalada de violencia. Dos de los mayores cárteles de la droga -DZ Mafia y Yoda- luchan por el control de un mercado de la droga muy lucrativo.
Un negocio muy lucrativo
En Francia, el tráfico de drogas genera unos 3000 millones de euros al año. Algunos puntos de venta de Marsella mueven entre 25 000 y 90 000 euros al día. "Dinero que circula, corrompe y mata", comenta el fiscal de la ciudad, Nicolas Bessone.
En Les Maronniers -uno de los puntos activos de tráfico de Marsella-, los precios se exponen "como en la carta de un restaurante", explica Mohamed Benmeddour, vecino de la zona y trabajador social.
Para luchar contra las raíces del mal, el recién nombrado fiscal se propone seguir la pista de los cabecillas de las redes, incluidos los que están en el extranjero. "Es un error decir que el Estado no toma la medida del fenómeno", afirma Nicolas Bessone.
El Ministro de Justicia también está creando puestos de magistrados de enlace en Dubai, "ya que es allí donde han volado los capos de la droga", añade. Y el trabajo está dando sus frutos.
En 2023, las autoridades francesas se incautaron de 7 toneladas de cannabis, 21 millones de euros en activos delictivos y 107 fusiles de asalto en la región de Marsella. Cada día se desmantelan entre 5 y 10 puntos de venta de droga en la segunda ciudad de Francia. Pero muchos han perdido la confianza en el Estado.
Para restablecer la confianza entre la policía y la población, una asociación fundada por un antiguo miembro de una unidad policial de élite organiza actividades deportivas en barrios asolados por la droga.
"Llegar a las familias y a los jóvenes es la parte más importante de nuestro trabajo", afirma Bruno Pomart, fundador de la asociación Raid Aventure. "Es una forma de recuperar estas zonas y demostrar que no están abandonadas", explica.
Las familias de los distritos del norte también señalan la necesidad de abordar las raíces sociales del tráfico de drogas a través del empleo. El desarrollo del espíritu empresarial mediante el aumento de las inversiones de las PYME locales forma parte de la solución a largo plazo. Además, los que abandonan la escuela y las familias monoparentales deben recibir apoyo adicional.
Pero es posible que las heridas dejadas por la guerra contra la droga nunca cicatricen. "Nunca aceptaré la muerte de Rayanne", dice Laetitia Linon. Tenía toda la vida por delante y nunca perdonaré a quienes nos hicieron esto, hemos perdido demasiado".
