By Javier Álvarez-Beigbeder Suárez
En el mundo del fútbol, los titulares de fraude fiscal no son precisamente una rareza. Desde figuras icónicas hasta entrenadores de renombre han sido objeto de escrutinio por parte de las autoridades fiscales. En muchos casos, los gestores financieros son los que manipulan los fondos sin el conocimiento directo de los jugadores o entrenadores, pero en otros, la responsabilidad cae directamente sobre las estrellas del deporte. Esta dualidad en la culpabilidad se ha visto repetida a lo largo del tiempo.
Recientemente, el nombre de Carlo Ancelotti, reconocido entrenador del fútbol mundial, ha sido arrastrado a los tribunales por un presunto fraude fiscal que asciende a más de un millón de euros. La fiscalía ha puesto sobre la mesa la acusación de dos delitos contra la hacienda pública, centrándose en el período fiscal de 2014 (386.361 €) y 2015 (675.718 €). Ancelotti, cuyo domicilio está en Madrid, solo declaró las remuneraciones de su trabajo como entrenador del Real Madrid, omitiendo deliberadamente los ingresos generados por la explotación de sus derechos de imagen, cedidos a una entidad distinta al club merengue.
El entramado, según la fiscalía, fue diseñado "para eludir el pago de impuestos derivados de estos derechos de imagen", una maniobra que no pasó desapercibida para las autoridades fiscales. El caso, que pone en entredicho la integridad financiera del laureado técnico, se desarrollará en los tribunales donde se determinará la culpabilidad y, en su caso, la pena a imponer.
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La situación no solo arroja luz sobre las prácticas fiscales dentro del mundo del fútbol, sino que también plantea interrogantes sobre la responsabilidad individual en estos casos. Ancelotti, un ícono del deporte, se encuentra ahora en el ojo del huracán legal, enfrentándose a un proceso judicial que podría poner en entredicho su legado.
Este artículo fue publicado originalmente por 90min.com/ES como La Fiscalía pide cerca de 5 años de cárcel para Carlo Ancelotti por presunto fraude fiscal.
