Alemania está afectada junto a República Checa y otros países de Europa central y del Este. En Austria han empezado a utilizar drones en la lucha contra los daños provocados por los escolitinos. Siembran semillas de árboles directamente donde los escarabajos los han devastado para que pueda crecer un nuevo bosque.
Josef Fuchs, director de parques forestales del Tirol ve las ventajas: "Estoy convencido de que los drones no sustituirán a las personas, pero nos ayudarán en terrenos muy escarpados, donde no se puede reforestar a mano".
Las larvas destruyen el transporte de nutrientes del árbol
El escarabajo de la corteza pone sus huevas bajo la corteza de los árboles. Las larvas se alimentan de la madera, hacen orificios y destruyen el transporte de nutrientes hasta el punto de provocar el colapso y la muerte del árbol. En Austria una de las zonas dañadas ha sido el valle del Isel.
Los abetos están debilitados por la sequía y son más frágiles. El insecto se considera un desastre natural, especialmente en Europa Central y del Norte. Laderas enteras de montañas en el Tirol, han quedado peladas.
Hay que talar todos los árboles dañados. Las altas temperaturas favorecen la rápida multiplicación de los descortezadores. En el Tirol Oriental ya han destruido un tercio de los bosques. Además de la siembra con drones, este año se plantan millones de árboles jóvenes con la esperanza de salvar la importante industria forestal austriaca."
Intentan buscar árboles que no gusten a los escarabajos
En lugar de abetos, los guardias forestales ahora recurren a otras variedades de árboles que no son atractivas para los escarabajos de la corteza. Como parte del proyecto piloto de siembra con drones, las semillas se dotan de una capa adicional antes de ser sembradas.
Erich Gollmitzer, director forestal del distrito de Lienz, explica que: "La semilla de abedul, que es muy ligera, volaría. Al peletizarla con minerales arcillosos, la semilla va a donde queremos que vaya". Dentro de un año se verá si la siembra con drones tiene éxito. Entonces la iniciativa tirolesa podría aplicarse también en los países vecinos.
