Los entrenadores de esquí franceses que trabajan en Courchevel, en los Alpes, han declarado la guerra a sus colegas italianos. Eso es, al menos, lo que han denunciado estos segundos, quienes dicen sufrir ataques y presiones en su contra e incluso daños en sus vehículos personales.
Los instructores franceses, niegan los supuestos ataques, pero reconocen que existe cierta tensión con sus vecinos debido a que estos no cumplen con las exigencias de la legsilación de Francia para dar clases allí.
Les acusan de no declarar sus impuestos en Francia
Según el personal francés, los monitores italianos no siempre tienen la formación y los diplomas que se requieren en su país para desarrollar este trabajo. Además, les acusan de no cumplir con el pago de impuestos en Francia.
El director de la escuela de esquí asegura que "la competencia es buena, la necesitamos para el buen desarrollo", pero admite que, a su vez, debe ser justa. Para que así fuera, en febrero se llevó a cabo una gran operación con el objetivo de controlar que todos cumplieran con los mismos requisitos.
En el marco de dichos controles se examinaron a cerca de 200 instructores para ver si cumplían con las normas de cualificación profesional y con la tributación correspondiente de su actividad profesional.
Ahora, se ha sugerido crear una especie de medalla especial o una ficha que llevarán los instructores que hayan superado con éxito el control, de modo que será más fácil identificar a aquellos que cumplen los requisitos.
