El ejército israelí comunicó el lunes la dimisión del jefe de sus Servicios de Inteligencia por los fallos cometidos en el ataque sin precedentes de Hamás del 7 de octubre, que rompió las cacareadas defensas de Israel.
Aharon Haliva, jefe de la Inteligencia militar israelí, se convierte en la primera figura israelí de alto rango que dimite por el ataque de Hamás, en el que murieron 1.200 personas, en su mayoría civiles, y unas 250 más fueron capturadas, y que desencadenó la guerra de seis meses contra Hamás en Gaza.
Haliva declaró poco después del ataque, en octubre, que él era el culpable de no haber impedido el asalto.
El Ejército israelí informó en un comunicado de que el jefe del Estado Mayor había aceptado la petición de dimisión de Haliva y le había agradecido sus servicios.
Su dimisión podría sentar las bases para que otros altos mandos de la seguridad israelí acepten su culpa por no haber impedido el atentado y dimitan.
