Las inundaciones masivas en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, han dejado al menos 60 muertos y unos cien desaparecidos, según el balance del domingo de las autoridades locales.
Al menos 155 personas resultaron heridas, mientras que los daños causados por las lluvias obligaron a más de 80.000 personas a abandonar sus hogares.
Algunos residentes que estuvieron aislados durante días, incluidos niños y un anciano en estado grave, en el municipio de Bento Gonçalves.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llegó el domingo a Rio Grande do Sul, acompañado por el ministro de Defensa, José Múcio, el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, y la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, entre otros.
Lula sobrevoló la zona inundada con un equipo de ministros y líderes del Congreso.
